Comunicación, imagen corporativa e impuestos: cómo se relaci
Publicado: Jue Jul 09, 2015 10:59 am
Comunicación, imagen corporativa e impuestos: cómo se relacionan hoy en el nuevo entorno de negocios,
En un entorno de negocios cada más complejo y sofisticado, los focos de atención de los ejecutivos deben estar orientados no sólo a las cuestiones financieras, productivas y comerciales de las empresas que dirigen, sino también a aquellas que pueden dañar o perjudicar la reputación o "buen nombre" de la compañÃa.Â
Es justamente la reputación uno de los activos más preciados que las compañÃas tienen como, al mismo tiempo, uno de los más frágiles.Podemos entender a la misma como el conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona, tanto internos como externos: empleados, accionistas, inversores, clientes, proveedores, organismos de control, entre otros (los llamados "stakeholders"). En otras palabras, es el resultado del comportamiento desarrollado por la empresa a lo largo del tiempo. Mala reputación
Por su parte el riesgo reputacional podrÃa definirse como la probabilidad de que una percepción negativa por parte de los distintos grupos de interés afecte adversamente a la compañÃa. Es el riesgo de que una acción, situación, transacción o inversión pueda reducir la confianza del público en general sobre las empresas.Ésta puede tener un impacto inmediato en el negocio: menor ingreso por ventas, mayores costos, bajas calificaciones por parte de los bancos, imposibilidad para encontrar inversores, deterioro de las relaciones con proveedores y clientes e imposibilidad para atraer y retener empleados altamente calificados.¿Cómo incide entonces la materia tributaria en el riesgo reputacional? En general cuando se habla de riesgos en materia tributaria se piensa en un impacto económico: pago de impuestos, intereses y multas que pueden imponer los distintos organismos de recaudación existentes en el ámbito nacional, provincial y municipal. Sin embargo es preciso destacar que el inadecuado gerenciamiento de las cuestiones tributarias de las compañÃas, no se reduce solamente a consecuencias económico - tributarias sino a riesgos asociados que pueden afectar la imagen corporativa en el medio social y derivar en consecuencias económicas y destrucción de valor en general.Al respecto, cabe recordar hechos que han afectado a empresas de reconocido prestigio internacional en los últimos tiempos.
 Tal es el caso de ejecutivos de compañÃas de consumo masivo y tecnologÃa que fueron interpelados ante una comisión del Parlamento británico que investigaba la presunta evasión de impuestos de varias multinacionales en el Reino Unido.La ciudadanÃa británica transformó la discusión pública del tema tributario en acciones concretas que llevaron en algún momento a perjudicar hasta el nivel de ventas en el Reino Unido de alguna de estas compañÃas durante varias semanas luego de dicha audiencia pública. La velocidad del intercambio y flujo de información en medios electrónicos y redes sociales permite a la opinión pública acceder en tiempo real a distintas situaciones o hechos y actuar en consecuencia (y agregamos, muchas veces sin la debida reflexión o análisis técnico de la materia). Estas acciones pueden perjudicar económicamente a las compañÃas o destruir valor tanto o más que el propio impuesto presuntamente omitido y/o sus accesorios y sanciones. Es ya conocido el efecto buscado en 2011 por parte de un grupo militante contra la evasión de impuestos en el festival musical de Glastonbury, en el condado inglés de Somerset. En aquella oportunidad un grupo de espectadores lanzó un globo en medio del espectáculo con la leyenda: "U pay tax 2" (Tú también pagá los impuestos) en un claro juego de palabras alusivo a una conocida banda de rock.
Estos ejemplos no hacen más que demostrar que hoy en dÃa la reputación o buen nombre de la marca es el activo más preciado y a la vez más frágil de muchas compañÃas. El factor fiscal puede generar perjuicios importantes si el mismo no es gestionado adecuadamente por parte de la gerencia y accionistas de una firma. Los directivos de las organizaciones a la hora implementar controles vinculados con el cumplimiento de las obligaciones tributarias y medidas de planificación fiscal, deberán identificar no sólo los aspectos técnicos que podrÃan ser cuestionados por parte de las autoridades fiscales, sino también dimensionar aquellos que pudieran ser objeto de una opinión pública adversa o cuestionable. Máxime teniendo en cuenta que la mayor parte de la opinión pública carece del conocimiento técnico en materia impositiva necesario para evaluar tales cuestiones.En la inmediatez del mundo contemporáneo la transmisión de información de forma prácticamente instantánea a través de los medios de comunicación, redes sociales, blogs y otros sitios web, obligan a evaluar cuidadosamente los mecanismos a través de los cuales se difunden las cuestiones tributarias. El análisis y estudio de los fundamentos técnicos que respaldan las operaciones internacionales, estructuras de adquisición y planificación fiscal realizadas por las empresas son necesarios pero no suficientes para evitar perjuicios a la reputación de las empresas. Necesariamente en la actualidad es tan importante la determinación de los tributos y su apego total a las leyes y normas que los gobiernan como asà también un adecuado y ponderado dimensionamiento del eventual riesgo reputacional y comunicación de polÃticas y acciones a la opinión pública. En el contexto actual de negocios nos parece oportuno alertar sobre estas cuestiones que comienzan a cobrar relevancia en un complejo entorno transaccional, donde la trasmisión de la información es cuasi instantánea y la opinión pública cobra cada vez más relevancia. Por lo tanto, es necesario que el factor tributario y su incidencia en la reputación de la empresa ocupen un lugar de significación o preponderancia en la agenda de los directivos y sus accionistas.
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En un entorno de negocios cada más complejo y sofisticado, los focos de atención de los ejecutivos deben estar orientados no sólo a las cuestiones financieras, productivas y comerciales de las empresas que dirigen, sino también a aquellas que pueden dañar o perjudicar la reputación o "buen nombre" de la compañÃa.Â
Es justamente la reputación uno de los activos más preciados que las compañÃas tienen como, al mismo tiempo, uno de los más frágiles.Podemos entender a la misma como el conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona, tanto internos como externos: empleados, accionistas, inversores, clientes, proveedores, organismos de control, entre otros (los llamados "stakeholders"). En otras palabras, es el resultado del comportamiento desarrollado por la empresa a lo largo del tiempo. Mala reputación
Por su parte el riesgo reputacional podrÃa definirse como la probabilidad de que una percepción negativa por parte de los distintos grupos de interés afecte adversamente a la compañÃa. Es el riesgo de que una acción, situación, transacción o inversión pueda reducir la confianza del público en general sobre las empresas.Ésta puede tener un impacto inmediato en el negocio: menor ingreso por ventas, mayores costos, bajas calificaciones por parte de los bancos, imposibilidad para encontrar inversores, deterioro de las relaciones con proveedores y clientes e imposibilidad para atraer y retener empleados altamente calificados.¿Cómo incide entonces la materia tributaria en el riesgo reputacional? En general cuando se habla de riesgos en materia tributaria se piensa en un impacto económico: pago de impuestos, intereses y multas que pueden imponer los distintos organismos de recaudación existentes en el ámbito nacional, provincial y municipal. Sin embargo es preciso destacar que el inadecuado gerenciamiento de las cuestiones tributarias de las compañÃas, no se reduce solamente a consecuencias económico - tributarias sino a riesgos asociados que pueden afectar la imagen corporativa en el medio social y derivar en consecuencias económicas y destrucción de valor en general.Al respecto, cabe recordar hechos que han afectado a empresas de reconocido prestigio internacional en los últimos tiempos.
 Tal es el caso de ejecutivos de compañÃas de consumo masivo y tecnologÃa que fueron interpelados ante una comisión del Parlamento británico que investigaba la presunta evasión de impuestos de varias multinacionales en el Reino Unido.La ciudadanÃa británica transformó la discusión pública del tema tributario en acciones concretas que llevaron en algún momento a perjudicar hasta el nivel de ventas en el Reino Unido de alguna de estas compañÃas durante varias semanas luego de dicha audiencia pública. La velocidad del intercambio y flujo de información en medios electrónicos y redes sociales permite a la opinión pública acceder en tiempo real a distintas situaciones o hechos y actuar en consecuencia (y agregamos, muchas veces sin la debida reflexión o análisis técnico de la materia). Estas acciones pueden perjudicar económicamente a las compañÃas o destruir valor tanto o más que el propio impuesto presuntamente omitido y/o sus accesorios y sanciones. Es ya conocido el efecto buscado en 2011 por parte de un grupo militante contra la evasión de impuestos en el festival musical de Glastonbury, en el condado inglés de Somerset. En aquella oportunidad un grupo de espectadores lanzó un globo en medio del espectáculo con la leyenda: "U pay tax 2" (Tú también pagá los impuestos) en un claro juego de palabras alusivo a una conocida banda de rock.
Estos ejemplos no hacen más que demostrar que hoy en dÃa la reputación o buen nombre de la marca es el activo más preciado y a la vez más frágil de muchas compañÃas. El factor fiscal puede generar perjuicios importantes si el mismo no es gestionado adecuadamente por parte de la gerencia y accionistas de una firma. Los directivos de las organizaciones a la hora implementar controles vinculados con el cumplimiento de las obligaciones tributarias y medidas de planificación fiscal, deberán identificar no sólo los aspectos técnicos que podrÃan ser cuestionados por parte de las autoridades fiscales, sino también dimensionar aquellos que pudieran ser objeto de una opinión pública adversa o cuestionable. Máxime teniendo en cuenta que la mayor parte de la opinión pública carece del conocimiento técnico en materia impositiva necesario para evaluar tales cuestiones.En la inmediatez del mundo contemporáneo la transmisión de información de forma prácticamente instantánea a través de los medios de comunicación, redes sociales, blogs y otros sitios web, obligan a evaluar cuidadosamente los mecanismos a través de los cuales se difunden las cuestiones tributarias. El análisis y estudio de los fundamentos técnicos que respaldan las operaciones internacionales, estructuras de adquisición y planificación fiscal realizadas por las empresas son necesarios pero no suficientes para evitar perjuicios a la reputación de las empresas. Necesariamente en la actualidad es tan importante la determinación de los tributos y su apego total a las leyes y normas que los gobiernan como asà también un adecuado y ponderado dimensionamiento del eventual riesgo reputacional y comunicación de polÃticas y acciones a la opinión pública. En el contexto actual de negocios nos parece oportuno alertar sobre estas cuestiones que comienzan a cobrar relevancia en un complejo entorno transaccional, donde la trasmisión de la información es cuasi instantánea y la opinión pública cobra cada vez más relevancia. Por lo tanto, es necesario que el factor tributario y su incidencia en la reputación de la empresa ocupen un lugar de significación o preponderancia en la agenda de los directivos y sus accionistas.
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