Las cuentas secretas del HSBC en Suiza ofrecen una realidad argentina singular: las amas de casa figuraron como el oficio más común entre quienes giraron fondos a Ginebra.
Manejaron millones de dólares, operaron en paraÃsos fiscales y en ciertos casos realizaron viajes de negocios, aunque no llegaron al nivel de sus compañeras de oficio internacionales, que llegaron a acudir a fiestas sociales con reyes y princesas.
Mujeres de entre 55 y 60 años que se definen a sà mismas como amas de casa conforman, en efecto, el número más representativo de clientes que giraron fondos a Ginebra desde la Argentina. Con otro rasgo adicional: muchas sacaron sus ahorros del paÃs huyendo del fin de la convertibilidad, el corralito, el corralón, el default y todo lo que vino después.
De hecho, el 41% de las cuentas secretas de argentinos en el HSBC en Suiza se abrió entre 2000 y 2002. Sólo durante ese último año -el primero de Eduardo Duhalde como presidente interino- se abrieron el 24% de las cuentas. Otro pico fue 1997.
Esos dos grandes picos de aperturas muestran, además, montos de ahorros muy distintos. AsÃ, mientras que el promedio de fondos -al momento en que Falciani se llevó la información del HSBC- entre las cuentas de argentinos abiertas en 1997 trepó a u$s10,8 millones, bajó a u$s1,6 millones entre quienes huyeron del paÃs en 2002.
En cuanto a los oficios, el dominio de las amas de casa -que entre los 4620 clientes de la Argentina ronda el 25%- repite la tendencia global del HSBC. También son la mayorÃa entre los 106.498 clientes de todo el mundo.
Después de las amas de casa, entre los argentinos se destacan otros dos rubros -estudiantes y jubilados-, aunque los nombres más salientes corresponden a empresarios, como Juan Carlos Relats, y banqueros, como Raúl Moneta.Â
En los registros de las cuentas argentinas también aparece un número elevado de integrantes de la comunidad judÃa local. Eso responderÃa al traspaso de la clientela del banco de los hermanos Safra a nivel global, responsable a su vez de la filial en Ginebra que ahora quedó bajo la lupa.
Asimismo, el argentino medio que eligió llevar su dinero al HSBC Ginebra tenÃa, en promedio, 57 años. Pero hay desde jóvenes de 22 años hasta un anciano de 107. Hay una gran camada de clientes que operaron, como máximo, 500.000 dólares, aunque la mayorÃa de las cuentas registradas son de entre uno y cinco millones de dólares, señala La Nación.
Los datos brindados por Le Monde/ICIJ revelan que se trata de u$s102.000 millones en 2006-2007 en la sucursal Ginebra del HSBC. De esos fondos, más de u$s31.000 millones son de clientes latinoamericanos, una de las regiones con más peso en la lista.
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