
A 110 años de su nacimiento, cinco cuentos esenciales para entender a Julio Cortázar
En el marco de un nuevo natalicio del escritor, estos son cinco obras que no te pueden faltar de uno de los grandes referentes de la literatura latinoamericana.

Un 26 de agosto de 1914 nacía el hijo de un funcionario en la Embajada Argentina en Bélgica. Ese niño, que por el estallido de la Primera Guerra Mundial debió mudarse con su familia a Suiza y a España, arribó a suelo argentino en 1918. Fue allí cuando se enamoró de la lectura, principalmente debido a que pasaba mucho tiempo enfermo y no tenía otra cosa mejor que hacer. Además, el padre lo había abandonado a él y a su hermana, Ofelia, por lo que un pasatiempo cubrió el vacío de la figura paternal.
Luego de terminar sus estudios secundarios en Banfield, Julio se recibió de profesor en Letras, por lo que decidió comenzar la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que rápidamente abandonó ya que tenía que ayudar económicamente a su madre. Eso inició sus años de docencia en diversas instituciones en el interior del país.
Sin embargo, el mundo literario siempre lo sedujo por lo que, en 1938 y bajo el seudónimo de Julio Denis publicó su primer libro, la colección de sonetos Presencia.
El año 1951 fue un punto de inflexión en la vida de Julio, ya que se fue por una beca a París y publicó su primer libro de cuentos, Bestiario. Por primera vez, el apellido Cortázar comienza a hacerse público. Y 12 años después se publicaría su obra maestra: Rayuela, una novela que rompe con todas las normas de un escrito de este tipo. De hecho, el mismo escritor la denominaba una «contranovela». Su estilo, juguetón, creativo y atrevido sembraron las bases de lo que no solo sería el «modo Cortázar», sino que también marcaría el inicio del «boom» de la literatura latinoamericana.
Con un total de 28 obras a su nombre, Julio Cortázar se convirtió en uno de los máximos referentes de la literatura argentina. Su lenguaje único, así como sus tramas surrealistas y fantásticas abrieron un nuevo horizonte de posibilidades para la escritura de cuentos y novelas.
5 cuentos imprescindibles de Julio Cortázar
Si bien Cortázar cuenta con grandes novelas, otro de sus puntos fuertes eran los cuentos. Su capacidad de síntesis para englobar una compleja historia en tan pocas páginas denotan la habilidad del escritor argentino. Estos son cinco trabajos imprescindibles de su autoría:
Casa tomada
Inspirado en una casa de la ciudad de Chivilcoy, Cortázar se sumerge en el género fantástico, y cuenta la historia de dos hermanos (Irene y el narrador) que viven en una casa colonial antigua a la cual le dedicaron su vida a cuidarla y mantenerla. Sin embargo, el conflicto comienza cuando escuchan sonidos extraños y deciden ir abandonando poco a poco la casa, que había sido tomada por unos «intrusos».
La noche boca arriba
Otra vez jugando con el surrealismo y lo fantástico, este cuento presenta un conflicto de realidades, donde el protagonista, que sufre un accidente de moto, no sabe si se encuentra en su vida real o en un sueño.
Continuidad de los parques
En solo dos carillas, Cortázar da una clase de cómo debe ser un cuento circular. Atravesado por la ficción, esta obra entrelaza dos historias que parecen suceder en dos universos distintos, pero terminan uniéndose en un desenlace inesperado.
Instrucciones para dar cuerda a un reloj
Lo que se introduce en un inocente título termina siendo un minicuento que reflexiona sobre la muerte y el paso del tiempo. Cortázar hace un gran uso de imágenes y símbolos para evocar en un corto texto un sentimiento apesadumbrado en el lector.
No se culpe a nadie
Como otros cuentos de él, esta obra de realismo mágico inicia con una escena casual y cotidiana. Un hombre debe encontrarse con su esposa en una tienda para comprar un regalo de bodas, por lo que decide vestirse con un pulóver azul. Sin embargo, en el proceso se da cuenta de que no encuentra la forma de ponerse las mangas, lo que deriva en una incesante lucha que culmina con el protagonista sucumbiendo ante la presión y cayéndose desde el piso doce de un edificio.